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Un corto de Guillermo Ríos Bordó.
La pesadilla de Darwin (2004) es un documental realizado por Hubert Sauper sobre personas relacionadas por el comercio de la perca del Nilo, su origen, consecuencias y el tráfico (secreto) de armas en Tanzania. Desde el corazón de África que dio luz a la humanidad, se nos relata una realidad oscura y perversa: epidemias masivas (SIDA), hambruna y guerras civiles. Estos conflictos armados que no aparecen en los medios televisivos, son los más sangrientos desde la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, solamente en el Congo, la guerra mata CADA DÍA al mismo número de personas que murieron en el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York. Estas guerras son tratadas como «conflictos tribales», como los de Ruanda, Burundi y Sudán. En realidad, las causas ocultas de tales conflictos son los intereses imperialistas en recursos naturales.
La pesadilla de Darwin (Primera Parte)
La pesadilla de Darwin (Segunda Parte)
«El Capitalismo ha vencido. Las últimas formas de sociedades en el futuro son democracias de consumo, que son vistas como civilizadas y buenas. En un sentido darwiniano, el buen sistema ganó. Ganó convenciendo a sus enemigos o eliminándolos”.
«Podría hacer el mismo tipo de película en Sierra Leona, sólo que los pescados serían diamantes, en Honduras, plátanos y en Libia, Nigeria y Angola, crudo. La mayoría de nosotros sabe sobre los mecanismos destructivos de nuestro tiempo, pero no podemos representarlos totalmente. Somos incapaces de entenderlo, incapaces de creer lo que sabemos».
«Después de cientos de años de colonización de África, la globalización de los mercados africanos es la tercera y más mortal humillación para las personas de este continente. La arrogancia de los países ricos hacia el tercer mundo (las tres cuartas partes del planeta) está creando inconmensurables riesgos para todas las personas«
Hubert Sauper
Ante los riesgos, el trabajo de algunas mujeres:
Mil vidas malgastadas por cada mandamiento.
Yo soy un moro judío que vive con los cristianos
No sé qué Dios es el mío ni cuales son mis hermanos.
No hay un bando ganador, no hay nada más que dolor y otra vida que se vuela.
Y a nadie le di permiso para matar en mi nombre.
El mismo suelo que piso seguirá, yo me habré ido.
No hay pueblo que no se haya creído el pueblo elegido.
Jorge Drexler (Uruguay, 1964)
«Stop killing each other»
No nos parecerá tan mal que haya más suicidios que homicidios en España pero que el suicidio sea la tercera causa de muerte los jóvenes (14-25 años) …
Según otro de esos estudios, las relaciones sociales son uno de los métodos de prevención de conductas autodestructivas. (Es extraño que el estudio no mencione la palabra “amor”, será demasiado subjetiva, poética y poco científica…)
Hay varios estudios sobre tasas de suicidio de diferentes países. Lo más curioso es que las tasas más altas se dan entre los hombres, en algunos países de la antigua Unión Soviética (Belarús, Lituania) y otros de Sudamérica (Chile, Puerto Rico), sin embargo los datos varían según las fuentes. Llama la atención que en algunos países las tasas sean más elevadas en los grupos indígenas, como en Australia, China, Canadá y Estados Unidos. Eso de la feliz riqueza cultural en la era de la globalización no debe ser tan cierto si no se anda integrado en la rueda de producción y consumo. (Globalización: divisas sin fronteras)
Los medios se plantean si deben o no difundir noticias sobre suicidios por si se contagia el comportamiento… Prefiero tratar esta realidad con una foto de la Isla de San Vicente y las Granadinas y abrir la puertecita hacia el deseo del viaje posible en la tierra. O bien, más realisata es reunciar a la utopía (posiblemente anticuada y pastelosa) y tomar una actitud vital de necesaria cabezonería para sobrevivir, como la artista Ana Garcia-Pineda en su trabajo máquias y maquinaciones: MÁQUINA PARA QUE LOS SUICIDAS CEDAN LOS AÑOS QUE LES QUEDABAN POR VIVIR.
Tratar la experiencia de «no ser dueño de los actos propios» como dice una de las afectadas por la esquizofrenia, o preguntarse si es arte lo que se hace por intuición, sin un discurso intelectual a priori, como en el caso de Judith Scott, nos situan ante la subjetividad y la patología de una forma que abre muchas preguntas. 1 % esquizofrenia, realizado por Ione Hernández trata la enfermedad mental desde la experiencia. «¿Qué tienes bajo el sombrero?», realizado por Lola Barrera, se acerca a la artista Judith Scott abriendo el debate sobre la consideración de un trabajo plástico hecho por una persona que supuestamente carece de una capacidad intelectual para conceptualizar un trabajo artístico (Judith Scott tiene síndrome de Down). Ambos documentales han sido producidos por Julio Medem.
«A las condiciones de precariedad propias de la industria cultural expuestas más arriba, las artistas debemos añadir la presión de un trabajo vocacional idealizado, en el que aplicamos el grado máximo de autoexplotación y que nos lleva a adoptar el trabajo como una forma de vida y nuestro propio cuerpo como un territorio más de nuestro «proyecto»: ningún esfuerzo es suficiente, nada es bastante por nuestra carrera (posponer o renunciar a la maternidad, no tener tiempo y/o espacio propio, no atender a nuestra familia, amigas/os o pareja, acumulando con ello una gran frustración que nace del choque entre nuestra educación para el cuidado y nuestro trabajo….). Nos convertimos en nuestra propia empresa y asumimos los límites de nuestras investigaciones sin explorar demasiado hasta qué punto responden a una censura autoimpuesta».
«… creo que debemos seguir estando ahí, para generar (aún precariamente) otros ojos posibles (aunque no salgan nunca en la tele), diseñando estrategias siempre móviles (ya sabemos que la asimilación es permanente) y evidenciando las condiciones y los esfuerzos que han costado estas imágenes, pero también siendo conscientes de sus posibilidades de generar nuevas imágenes (en definitiva, de su capacidad de agencia política) para nosotras y para otras y para otros».
Elena Dorfman fotografía personas que han decidido satisfacer sus necesidades de compañía y de relaciones sexuales con muñecos hiperrealistas en su proyecto Still Lovers. Supongo que tiene muchas ventajas no tener que hablar con «tu compañera», que nunca te moleste ni se queje o pida algo. Un cuerpo sin otras necesidades que las que proyectemos sobre él, inmortal, invariable e inmóvil pero a la medida de nuestras fantasías y caprichos. Hoy se decía en el curso de ADERES que el intercambio con otros es el fundamento del ser humano, que nuestras relaciones sociales nos configuran como individuos, y que sin amor no se puede construir un lugar propio… Pero claro, ese amor es siempre insatisfactorio en alguna de sus facetas o nos ahoragía en su completud anulando el deseo. Y nosotros inventamos robots, autómatas, muñecos, animales domésticos y tantos otros artefactos para asegurarnos el control sobre aquello que necesitamos, simular nuestra satisfacción y distraernos sobre nuestras dificultades para relacionarnos piel a piel en un mundo telemático…
Femme Maison (mujer casa) Louise Bourgeois, 1946-7.
Proverbio asirio:
Una casa sin dueño es como una mujer sin esposo.
Una casa sin dueño… ¿una casa abandonada? ¿una casa sin amor?
Louise Bourgeois convierte el tronco y cabeza del cuerpo en una casa. Nuestros afectos (pecho) y pensamientos (cabeza) hacen el lugar que habitamos (casa). Si el lugar que habitamos (cuerpo- afectos, pensamientos) está culturalmente designado a ser poseído por otro, se dificulta la tarea de hacer de él un lugar propio. ¿Qué es una casa sin dueño? ¿Una casa en venta, una casa abandonada o una casa a ocupar? Cuando no es posible hacerse dueña de la propia casa, cuando no se comprende el derecho de las mujeres de ser dueñas de sí mismas, el cuerpo sin amo se convierte en carne de prostitución, abandono-deshecho o carne a usurpar-violar.
La dificultad para tomar la responsabilidad y el poder sobre el espacio propio…
¿Cómo sería un vídeo pornográfico para plantas? Jonathon Keats propone un trabajo con escenas explícitas de polinización… Las proyecta sobre plantas y vegetación, lo cual debe excitarlas doblemente (por la luz, pienso). El desencadenante de su trabajo es la exploración del concepto de «uncanny» (ing), «umhemlich» (alemán) o lo siniestro en castellano. Actualmente trabaja en un teatro de cine para el mundo natural. Todo un público nuevo al que dirigirse!

La imagen es una fotografía de una acción realizada por la artista Tracey Emin (Gran Bretaña, 1963) «I’ve got it all»(Lo tengo todo, 2000). La acción de Emin nos sitúa ante el primer uso de goce que recoge la RAE: «goce de sus riquezas». El modo en que la artista acerca billetes y monedas con las piernas abiertas hacia su sexo, puede leerse como un juego entre la figura de la artista y la figura de la prostituta. También puede sugerirnos la posición fálica que da título a la acción «Lo tengo todo», donde el dinero viene a sustituir la falta… La acción de Tracey Emin bien pudiera querer parodiar las tres lecturas anteriores, la de puta asociada a una mujer artista que gana dinero con su trabajo, y la psicoanalítica.
3. tr. Conocer carnalmente a una mujer.
4. intr. Sentir placer, experimentar suaves y gratas emociones U. t. c. prnl. Gozarse en la suerte de los demás.
5. intr. Tener alguna buena condición física o moral. Gozar de buena salud, vitalidad, estimación, fama.
~la.
1. loc. verb. Pasarlo bien, disfrutar con alguien o algo.
Pero no queda otra. Será que el deseo ha venido señalado unidireccionalmente de ellos hacia ellas y el cuerpo de las mujeres es el objeto a poseer, del mismo modo que es gozoso poseer algo útil y agradable…
¿Islamofobia? Nosotros preferimos llamarle «choque de civilizaciones», y mientras la cultura occidental se cuestiona su capacidad de convivencia, Samuel P. Huntington nos anima a investigar qué es común a la mayoría de civilizaciones, pero ¿cómo renunciar al universalismo, aceptar la diversidad y buscar atributos comunes? En la Documenta 12 de Kassel se plantea la pregunta relacionando la contemporaneidad con la modernidad (ideales universales), preguntándonos si todavía son operativos.
Increible entontrar este vídeo de la artista Patty Chang (EE.UU, 1976), activa en el panorama neoyorkino de la performance. Pueden verse fragmentos de sus trabajos del 2001 como «melons», «contortionist»,»fountain», «losing ground» o «in love»… Y podemos escucharla a ella comentando sus trabajos… ¡Me encanta esta mujer! Cuestiona nuestras premisas culturales de una forma vital! Qué privilegio haberla encontrado!