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«Una de las características más conocidas del individuo occidental urbano del siglo XX y XXI es la necesidad de reconocimiento social. El individualismo creciente durante los últimos 100 años ha convertido nuestro siglo en el de las biografías y las autobiografías, de los retratos y los autorretratos, de los premios -existen en todos los ámbitos-, y los reconocimientos. En este contexto los medios de comunicación -el cine y más aún la televisión-, desempeñan un papel fundamental como creadores de reconocimiento social con una potencia inédita por ningún otro método habido en la historia. La televisión, con su elaborado y depurado lenguaje visual para provocar fascinación y seducción en la audiencia, casi sacraliza todo lo que toca, por lo que salir o no salir en televisión marca una diferencia cualitativa entre las personas».
Ridículo, desnudo y cornudo pero famoso, José Errasti, El País.
¿Y RECONOCER LA REALIDAD SOCIAL?
Hemos sido y somos maleducados por los medios: se admira más a Madonna que a Rigoberta Menchú. Tiempos de siniestro narcisismo, ¿Cómo no participar del espectáculo?
La pesadilla de Darwin (2004) es un documental realizado por Hubert Sauper sobre personas relacionadas por el comercio de la perca del Nilo, su origen, consecuencias y el tráfico (secreto) de armas en Tanzania. Desde el corazón de África que dio luz a la humanidad, se nos relata una realidad oscura y perversa: epidemias masivas (SIDA), hambruna y guerras civiles. Estos conflictos armados que no aparecen en los medios televisivos, son los más sangrientos desde la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, solamente en el Congo, la guerra mata CADA DÍA al mismo número de personas que murieron en el atentado de las Torres Gemelas en Nueva York. Estas guerras son tratadas como «conflictos tribales», como los de Ruanda, Burundi y Sudán. En realidad, las causas ocultas de tales conflictos son los intereses imperialistas en recursos naturales.
La pesadilla de Darwin (Primera Parte)
La pesadilla de Darwin (Segunda Parte)
«El Capitalismo ha vencido. Las últimas formas de sociedades en el futuro son democracias de consumo, que son vistas como civilizadas y buenas. En un sentido darwiniano, el buen sistema ganó. Ganó convenciendo a sus enemigos o eliminándolos”.
«Podría hacer el mismo tipo de película en Sierra Leona, sólo que los pescados serían diamantes, en Honduras, plátanos y en Libia, Nigeria y Angola, crudo. La mayoría de nosotros sabe sobre los mecanismos destructivos de nuestro tiempo, pero no podemos representarlos totalmente. Somos incapaces de entenderlo, incapaces de creer lo que sabemos».
«Después de cientos de años de colonización de África, la globalización de los mercados africanos es la tercera y más mortal humillación para las personas de este continente. La arrogancia de los países ricos hacia el tercer mundo (las tres cuartas partes del planeta) está creando inconmensurables riesgos para todas las personas«
Hubert Sauper
Ante los riesgos, el trabajo de algunas mujeres:
«El capitalismo no existe porque se haya creado en el siglo XIX o en el siglo XVIII, o en cualquier otro siglo. El capitalismo existe hoy en día únicamente como fruto de una creación actual. Si no lo creáramos el día mañana, entonces no existiría. Su duración parece ser independiente, pero de hecho no lo es. En realidad, el capital depende de un día para otro de nuestra creación de capital. Si nos quedáramos todos en la cama, el capitalismo dejaría de existir. Si dejáramos de crearlo, dejaría de existir. Los planteamientos acerca de cómo detener la creación del capitalismo, acerca de la revolución y de cómo detenerla, no implican la resolución de los problemas. Esto no significa que el capitalismo desaparezca en realidad el día de mañana (aunque quién sabe), pero es muy probable que no desaparezca mañana. Si concebimos la revolución como una forma que nos permita detener la creación del capitalismo, conseguiremos desvanecer, de algún modo, la imagen del capitalismo como ese gran monstruo al que debemos enfrentarnos, y podremos empezar a ampliar nuestro marco de posibilidades, a crear una nueva esperanza, una nueva forma de pensamiento sobre la revolución y sobre la transformación de la sociedad.
Una sociedad ideal debería poder crearse a sí misma. Al autocrearse, dispondría de total autodeterminación y, por lo tanto, no tendría demasiado sentido la concepción de una organización ideal, ya que la crearía la propia sociedad. Y la sociedad autocreada podría decidir un día asentarse en una sociedad muy distinta a la erigida en el pasado».
Traducción de John Holloway en publicart
Me pregunto: ¿cómo puede crearse una sociedad a sí misma si no sentimos esa sociedad más que como fuerza que nos obliga a vivir de forma indeseable? ¿Cómo crear un sentimiento o conciencia de pertenencia a un grupo, colectivo o sociedad como persona con capacidad de acción que puede articularse con otros?
Cómo me gustaría que estos temas aunaran tantos ánimos como el fútbol internacional!!
Al borde del dolor de cabeza intento situar las piezas de las diferentes crisis que asolan el planeta: crisis alimentaria, crisis energética, crisis medioambiental, crisis humanitaria… El puzle me desborda, pero lo importante es seguir haciéndose preguntas e intentar mirar de frente lo incomprensible.
Qué crisis fue antes no importa, pero sí nos preocupa la destrucción del planeta y de millones de seres humanos. Traduciendo al economista canadiense Michel Chossudovsky: “personas de diferentes países están siendo empobrecidas simultáneamente como consecuencia del mecanismo del mercado global. Un pequeño número de instituciones financieras y corporaciones globales tienen la habilidad de determinar, a través de la manipulación mercantil, el nivel de vida de millones de personas alrededor del mundo”.
(Fuente original: “People in different countries are being impoverished simultaneously as a result of a global market mechanism. A small number of financial institutions and global corporations have the ability to determine, through market manipulation, the standard of living of millions of people around the World”).
En “The Global Crisis: Food, Water and Fuel. Three Fundamental Necessities of Life in Jeopardy”
Según el periódico El País: «las causas de la suida de los precios de los productos básicos son: las alzas del petróleo y de la demanda mundial, junto con una reducción de la oferta debida a malas cosechas, con la ayuda de la especulación con productos agrícolas y el aumento de cultivos para biocombustibles».
Esto nos ayuda a situar elementos clave:
CONSUMO EXCESIVO de fuentes energéticas no renovables, políticas económicas globales à Crisis medioambiental à Escasez petróleoà Subida precio petróleo à Subida precio biocombustibles, ESPECULACIÓN EMPRESARIAL con productos agrícolas, aumento demanda recursos naturales de una población mundial en crecimiento à Subida precios alimentos básicos à Falta de alimentos en los países más vulnerablesà Migraciones, Desplazamientos, Protestas, à Desnutrición, Violencia, Enfrentamientos, Guerra à Muerte
¿Y de quién es la responsabilidad de todas estas crisis? Es una pregunta de respuesta tramposa… ¿El sistema capitalista? ¿Y ese quién es? ¿Puede rendir cuentas ese ente abstracto? El Dios incorpóreo queda siempre inmune, ¿será que no tiene nombre o que es demasiado poderoso?
El asunto es grave, mientras el secretario de la ONU Ban-ki_Moon pide a los países desarrollados que actúen ante las crisis globales mirando hacia la próxima cumbre del G8 en Hokkaido del 7 y 8 de Julio de 2008, los parlamentarios europeos no acuden a la cita para trabajar en el problema .
¿Escurriendo el bulto? La falta de compromiso de nuestros políticos los hace responsables.
En el blog callejera se puede leer un interesante artículo sobre ecofeminismo. Gracias a él podemos conocer los escritos de Bina Agarwal, profesora de economía en la Ciudad de Delhi, India.
Ya está en la red el n 2 de Hermandad Corsaria dedicado a las mujeres. Junto con otras autoras que hablan de ciberfeminismo y del ámbito universitario, se publica mi artículo: «El habla y la escucha para la acción en la violencia de género».
Puedes leerlo AQUÍ.
«Vivimos y funcionamos con un discurso que no da cuenta del malestar en nuestra cotidianidad, y en el que no se nos permite reconocernos en el espejo de los que sufren».
Esta frase del artículo de Eva Patricia Gil en la Revista de Observaciones Filosóficas «Simulacro, Subjetividad y Biopolítica; de Foucault a Baudrillard» señala algo que me parece característico de nuestras sociedades de consumo. El simulacro ha desplazado a la realidad; no habría realidad sino apariencia alimentada por la seducción de las imágenes y los medios. La vida se ve regida por la vigilancia y el control que vehiculizan el deseo. Sin embargo, como señala Susan Sontag en su libro «Ante el dolor de los demás«, la fotografía ofrece la posibilidad de ver en la imagen algo de lo que está sucediendo, algo de la realidad y el sufrimiento que puede quedar como testimonio con el que podemos solidarizarnos.
Es cierto que la apariencia high-tech de todos los platós de TV, además del aspecto impecable de los/las comunicantes choca con las imágenes que recibimos de los diferentes lugares del mundo y sus situaciones. Desde los medios «se protege» a los ciudadanos de algunas verdades que pudieran resultar insoportables, como ha hecho la política estadounidense de no difundir imágenes de los soldados muertos en la guerra de Irak. Pero es esta política de restricción de publicación la que señala el poder de las imágenes como bombas de realidad. Por otro lado, la hipersaturación de imágenes por parte de los medios neutraliza su contenido en la espectacularidad del dolor y la sangre.
¿Es posible mirar-pensar-actuar más allá del espectáculo del dolor, de la comodidad de los placeres a corto plazo (consumo) y los prometidos a largo plazo (producción) para saber algo del sufrimiento real que producen nuestros juegos políticos y económicos?
Eva Patricia Gil habla de los mecanismos de subjetivación por parte de las dinámicas de control y vigilancia en nuestras sociedades hipermedia que bloquean la capacidad de identificación con el dolor del otro. Siguiendo a Foucault y Baudrillard, habla de la vehiculación libidinal en la sociedad de consumo. El deseo de obtener recompensa a largo plazo, motor de la sociedad de productores bajo disciplinas de vigilancia, coexiste con el deseo de recompensa a corto plazo propio de la sociedad de consumidores. Esto viene a decir que nuestros deseos son producto de la disciplina y el control necesarios para que la sociedad de producción-consumo funcione. Los medios nos seducen, y crean el deseo de obedecer a la apariencia que se nos propone como deseable, así se establecen normas (hay que seguir el camino del éxito y ser feliz) que convierten los malestares en experiencias puramente individuales.
Es obvio que se adquieren formas de comportamiento en consonancia con la sociedad de mercado pero lo que no alcanzo a comprender es que la expresión del malestar sea vivida como algo exclusivamente individual, sin que sea posible articular palabra con otros. Eva Patricia Gil menciona la subjetividad narcisista que crea el simulacro, donde «la otredad es percibida siempre como amenaza».
«Si la sociedad del conocimiento se afianza hoy y crece en el futuro, toda actividad creativa resultante podría seguir el modelo de una sociedad que se caracteriza por una intensa interacción y un desarrollo siempre más colaborativo y menos interesado a realizar productos y más a realizar procesos, menos a valor de cambio y más a la interacción de conocimiento y crecimiento vital del individuo y de la sociedad como si se tratase un ecosistema extremamente complejo. En este marco la separación entre espacio personal y tiempo profesional no existe ni por otro lado el segundo es preponderante, sino que, desde un punto di vista holistico, en la producción de si mismos que caracteriza la actividad creativa no es posible distinción ni desequilibrio toda vez que se ha perdido la obsesión por la acumulación y por ende la ciudad deja de ser solo espacio productivo para ser en mayor medida espacio formativo, informativo, relacional y de ocio».
Me gustaría preguntarle a Aharon qué piensa del deseo de reconocimiento que pudiera tener el autor en estos procesos colectivos ¿se rebajaría a favor de una identidad colectivizada? ¿dónde queda la rivalidad individual en la creación colectiva?
Y me gustaría saber cómo se puede «optimizar la difusión de la obra sin perseguir el provecho reservándose los derechos comerciales, favorecer la creación compartida y la innovación, a condición de reatribuir al autor la gestión de sus derechos originales». ¿Qué quiere decir «derechos originales»? ¿Cómo se puede retribuir un trabajo que circula «libremente», por cuyo disfrute nadie pagará nada?
«A las condiciones de precariedad propias de la industria cultural expuestas más arriba, las artistas debemos añadir la presión de un trabajo vocacional idealizado, en el que aplicamos el grado máximo de autoexplotación y que nos lleva a adoptar el trabajo como una forma de vida y nuestro propio cuerpo como un territorio más de nuestro «proyecto»: ningún esfuerzo es suficiente, nada es bastante por nuestra carrera (posponer o renunciar a la maternidad, no tener tiempo y/o espacio propio, no atender a nuestra familia, amigas/os o pareja, acumulando con ello una gran frustración que nace del choque entre nuestra educación para el cuidado y nuestro trabajo….). Nos convertimos en nuestra propia empresa y asumimos los límites de nuestras investigaciones sin explorar demasiado hasta qué punto responden a una censura autoimpuesta».
«… creo que debemos seguir estando ahí, para generar (aún precariamente) otros ojos posibles (aunque no salgan nunca en la tele), diseñando estrategias siempre móviles (ya sabemos que la asimilación es permanente) y evidenciando las condiciones y los esfuerzos que han costado estas imágenes, pero también siendo conscientes de sus posibilidades de generar nuevas imágenes (en definitiva, de su capacidad de agencia política) para nosotras y para otras y para otros».
Femme Maison (mujer casa) Louise Bourgeois, 1946-7.
Proverbio asirio:
Una casa sin dueño es como una mujer sin esposo.
Una casa sin dueño… ¿una casa abandonada? ¿una casa sin amor?
Louise Bourgeois convierte el tronco y cabeza del cuerpo en una casa. Nuestros afectos (pecho) y pensamientos (cabeza) hacen el lugar que habitamos (casa). Si el lugar que habitamos (cuerpo- afectos, pensamientos) está culturalmente designado a ser poseído por otro, se dificulta la tarea de hacer de él un lugar propio. ¿Qué es una casa sin dueño? ¿Una casa en venta, una casa abandonada o una casa a ocupar? Cuando no es posible hacerse dueña de la propia casa, cuando no se comprende el derecho de las mujeres de ser dueñas de sí mismas, el cuerpo sin amo se convierte en carne de prostitución, abandono-deshecho o carne a usurpar-violar.
La dificultad para tomar la responsabilidad y el poder sobre el espacio propio…
Miguel Ángel. Adán y Eva, Capilla Sixtina, 1509- 1510 / Pipilotti Rist. Homo sapiens sapiens, 2005
Artículo completo en «Mujer, síntoma y cultura»
Como si el cuerpo estuviese formado por trozos de otros,
como si estuviese formado por experiencias anteriores ajenas a la biografía propia…
¿Islamofobia? Nosotros preferimos llamarle «choque de civilizaciones», y mientras la cultura occidental se cuestiona su capacidad de convivencia, Samuel P. Huntington nos anima a investigar qué es común a la mayoría de civilizaciones, pero ¿cómo renunciar al universalismo, aceptar la diversidad y buscar atributos comunes? En la Documenta 12 de Kassel se plantea la pregunta relacionando la contemporaneidad con la modernidad (ideales universales), preguntándonos si todavía son operativos.
No he conseguido recordar ni encontrar el autor o la autora de esta fotografía… Lleva dos años fijada en mi memoria desde que la ví en ARCO 2005. Toda una recarga erótica del rostro del Extasis de Santa Teresa, esculpido por Bernini. La traigo mirando hacia la futura charla que dará Norma en el CEF de Granada el 14 de Junio sobre sexualidad femenina, pensando el concepto de goce en psicoanálisis. Y viene a mi cabeza el testimonio de Santa Teresa de Ávila (tomado del artículo «La mística, un fenómeno singular», de Jorge Ivan Zapata ,Revista Affectio Societatis):
» Vi que tenia una larga lanza de oro y que de su punta parecía brillar un destello de fuego; me parecía que la hundía varias veces en mi corazón y que penetraba hasta mis entrañas. Cuando la retiraba me parecía que con ella se iban mis entrañas, dejándome abrazada en el gran amor de Dios. El dolor era tan intenso que me hacia gemir, y, sin embargo, la dulzura de este excesivo dolor era tan grande que no podía Desear ser liberada de él.»
Teresa no dice no poder liberarse del dolor, sino no poder desear la liberación del mismo porque en él encuentra una dulzura que la hace gemir… ¿Una dulzura en el dolor? Una dulzura que, según el artículo mencionado, Rimbaud tilda de eternidad, de muerte…
¿Se señala una imposibilidad del deseo ante el enganche del goce que lleva a la muerte? ¿O ella desea ardientemente ese dolor y su dulzura irresistible y quiere permanecer en él por hallar ahí una satisfacción peculiar que se puede acercar a la eternidad? ¿No sería esa eternidad una promesa de eterno retorno, un lugar donde queda fijada?
Tiene sentido pensar el psicoanálisis como la práctica que permite poner palabra a lo innombrable, y mediante el acto del habla, posibilitar el distanciamiento del sujeto del enganche mortuorio…
¡Vuestros comentarios nos ayudarán a situar bien estas cuestiones!